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Instituto Nacional Sanmartiniano

Los valores de nuestra independencia

Un 28 de julio de 1821, San Martín declaró la Independencia del Perú. Columna escrita por el embajador del Perú en Argentina, Peter Camino Cannock, con motivo de este 199º aniversario.

Un 28 de julio, hace 199 años, el general José de San Martín declaró la independencia del Perú. La proclamación llegaría casi once meses después de su arribo a las costas peruanas y luego de una cuidadosa estrategia militar y política diseñada y ejecutada con notable habilidad por el propio Libertador. Con este acto, se daba inicio a la etapa culminante de la independencia de la región en su conjunto, sellada definitivamente, también en el Perú, con las batallas de Junín y Ayacucho.

La Argentina y el Perú nacieron a la vida independiente gracias a la gesta heorica y visionaria de San Martín, pero también al influjo de un ideario emancipador que reivindica la libertad como atributo inherente del hombre y como condición esencial para el desarrollo de sus pueblos.

Parece difícil de comprender, especialmente en estos tiempos, la fortaleza de los ideales que hicieron posible que miles de patriotas atravesaran la Cordillera y el mar para ofrecer sus vidas en nombre de la libertad. Sin duda, eran tiempos de honor, valentía, honestidad y de una búsqueda del bien común por encima de todo.

Desde ese entonces, nuestra historia republicana, con sus luces y sombras, ha sido un constante intento de hacer realidad esas aspiraciones. El mundo de hoy no es el mismo en el que vivieron nuestros fundadores. Sin embargo, los retos de ayer y hoy tienen en común que, en sus diferentes realidades, muestran las limitaciones de sus sociedades para enfrentarlos.

Nuestros países, y el mundo entero, atraviesan hoy una de las circunstancias más difíciles de su historia. Deben enfrentar los rigores de una pandemia que ataca duramente a nuestras sociedades, al tiempo que compromete su futuro social y económico. Más de medio millón de personas han fallecido en el mundo por esta enfermedad y son millones los contagiados que luchan contra ella, en medio de los enormes esfuerzos que deben llevar a cabo países como los nuestros para enfrentarla.

Aún no sabemos con exactitud cómo afectará esta pandemia el orden político y económico mundial. Pero podemos advertir desde ya que los cambios serán dramáticos y que en los próximos años nos enfrentaremos a un mundo bastante más pobre y desigual. Las consecuencias de ello son de momento imprevisibles, aunque seguramente afectarán todas las dimensiones de nuestra realidad.

Por ello, resulta necesario adaptar la esencia de esos grandes ideales a los retos de hoy y volver a enfrentarlos de manera conjunta. El fortalecimiento del diálogo político, la coordinación y la cooperación, tanto a nivel bilateral como regional, constituyen hoy un imperativo para hacer frente, de manera exitosa, a las dificultades de los próximos años.

Todos los países de la región han puesto la necesidad de sus pueblos en el centro de sus agendas. Sin embargo, seguimos encontrando falencias y retos comunes que demandan una respuesta concertada. Ello hace imprescindible que la región en su conjunto pueda hablar con una sola voz frente a la nueva realidad mundial que se avecina, dejando atrás cualquier diferencia coyuntural. Ese trabajo conjunto y solidario puede ser el mejor tributo a nuestros fundadores.

Peter Camino Cannock. Embajador del Perú en la Argentina.

Créditos: Columna escrita para el Diario La Nación, 26 de julio de 2020. 👉 https://bit.ly/2EriSWD