Entre los días 26 y 27 de julio de 1822, los generales José de San Martín y Simón Bolívar se entrevistaron a solas en Guayaquil en dos ocasiones para conversar sobre el curso de la revolución en el continente americano.
Según Jacinto Yabén, el 26 de julio "San Martín llega a Guayaquil, desembarcando a las dos de la tarde, acompañado de sus edecanes y de su escolta, dirigiéndose a la casa donde lo esperaba Bolívar: iniciaron inmediatamente una conferencia, que según la crónica, duró hora y media, y fue la única entrevista a solas ese día entre ambos libertadores".
Al día siguiente, "a la una de la tarde se inicia la segunda conferencia entre San Martín y Bolívar, la que duró hasta las cinco, es decir, cuatro horas; no habiendo concurrido ninguna otra persona a ambas entrevistas. Por la tarde el Protector fue obsequiado por su colega con un suntuoso banquete, que terminó a las siete de la tarde. En el brindis, Bolívar dijo solamente: «Brindo, señores, por los dos hombres más grandes de la América del Sur, el general San Martín y yo». San Martín contestó: «Por la pronta terminación de la guerra, por la organización de las nuevas repúblicas del continente americano, y por la salud del Libertador de Colombia".
Continúa relatando Yabén: "A las 9 de la noche se le brindó un gran baile dado por el Ayuntamiento en su palacio: a la una de la mañana, San Martín ordenó a su edecán Rufino Guido que llamase a su otro colega el coronel Soyer, y momentos después se retiraba del Ayuntamiento por una puerta secreta, acompañado de Bolívar, dirigiéndose al embarcadero, donde se embarcó en la lancha que lo condujo a la «MACEDONIA». En el momento de subir a la lancha, Bolívar le entregó su retrato en prueba de la sincera amistad que por él experimentaba, siendo las 2 de la mañana."
Con el asesoramiento histórico de Ricardo Enrique Falanga Herrera y el doctor Martín Francisco Blanco, a los cuales agradecemos su inestimable colaboración.
Fuente: YABÉN, Jacinto. "Efemérides Sanmartinianas", Tercera Edición, Buenos Aires, 1978, página 161.
