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Instituto Nacional Sanmartiniano

Mayo y los Líderes que forjaron la Independencia

Belgrano y San Martín, Padres Fundadores de nuestra Nación. Por el Lic. Marcelo Calabria, miembro correspondiente por Mendoza de la Academia Sanmartiniana.

Comenzamos el mes Mayo, en el que recordaremos la génesis de la revolución que nos llevó finalmente, años después, a nuestra independencia; y también dos de nuestros máximos símbolos patrios: la canción patriótica, luego himno nacional argentino, y la escarapela nacional.

Durante todo ese proceso revolucionario que dos líderes destacaron significativamente Manuel Belgrano y José Francisco de San Martín, padres fundadores de nuestra nación; máximos referentes de nuestro proceso independentista.

Aquella larga lucha que comenzó con la Revolución de Mayo y tuvo su punto cúlmine el 9 de julio de 1816, cuando el Congreso de Tucumán declaró la independencia de las Provincias Unidas de Sudamérica.

Ambos patriotas coincidieron tempranamente en el rumbo que debía seguir la revolución y especialmente en las bases para las “nuevas repúblicas”, fueron líderes ampliamente preparados y consustanciados con la misión a la que dedicaron su vida.

Manuel Belgrano, desde su formación como abogado, economista, periodista y literato fue uno de los impulsores de la Revolución de Mayo, junto con Mariano Moreno, su primo Juan José Castelli y un gran cantidad de hombres y mujeres [1] que dieron los primeros pasos hacia la libertad.

San Martín, en tanto, ampliamente formado en las guerras europeas, desde su posición de líder ilustrado supo, enterado de los movimientos revolucionarios, que había llegado el momento de regresar. El mismo lo recordó años después:

"(…) Una reunión de americanos, en Cádiz, sabedores de los primeros movimientos, acaecidos en Caracas, Buenos Aires(…), resolvimos regresar cada uno a nuestro país de nacimiento, a fin de prestarle nuestros servicios en la lucha, pues calculábamos se había de empeñar."

Belgrano y San Martín coincidían en las posibilidades que brindaba América para fundar un nuevo mundo bajo los ideales de libertad, igualdad, fraternidad y progreso bajo la inspiración de la ilustración como contrapartida al "Antiguo Régimen" que había hecho estragos en Europa.

Ambos líderes, convencidos de que había llegado el momento de torcer los destinos del continente "Dionisíaco", arriesgaron todo lo que tenían al servicio de la guerra de la independencia. Belgrano ofreció su fortuna e intelecto desde su designación como vocal de la Primera Junta de Gobierno y luego fue abnegado general de los primeros ejércitos patrios, a los que incluso llegó a solventar con su propio patrimonio; en el caso de San Martín, al dejar su carrera militar en la península tomó la disposición transcendental de retornar a América para prestar sus servicios, decisión que significó sin duda un gran cambio en la historia de la humanidad.

Desde su llegada al Río de la Plata, San Martín se convertiría en el gran impulsor de la independencia de América, poniendo a disposición de esta causa toda su experiencia y su mente extraordinaria, su carácter incorruptible y su voluntad inquebrantable.

Encuentro de San Martín y Belgrano. Óleo sobre tela de Tomás del Villar. Complejo Museográfico Enrique Udaondo. Luján. Provincia de Buenos Aires. Fuente: Pinacoteca Virtual Sanmartiniana de Jorge César Estol. INS. Buenos Aires. 2006.


Dos años después de su llegada al Río de la Plata, San Martín tomaba la posta de manos del mismo Belgrano, quien luego de ser las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma le dijo:

No siempre puede uno lo que quiere, ni con las mejores medidas se alcanza lo que se desea: he sido completamente batido en las pampas de Ayohuma cuando más creía conseguir la victoria; pero hay constancia y fortaleza para sobrellevar los contrastes y nada me arredrará para servir; aunque sea en la clase de soldado, para la libertad e independencia de la patria … lo pedí a usted desde Tucumán, no quisieron enviármelo; algún día sentirán esta negativa …”.

San Martín, marchaba al norte a cumplir con la misión de auxiliar y luego relevar al benemérito padre de la patria, tal el título con que ya se lo calificaba a Don Manuel, cuando en el camino recibía esta nueva comunicación del creador de la Bandera:

No sé decir a usted lo bastante cuánto me alegro de la disposición del gobierno para que venga de jefe … Vuele usted, si es posible; la patria necesita de que se hagan esfuerzos singulares y no dudo que usted los ejecute según mis deseos, para que yo pueda respirar con alguna confianza y salir de los graves cuidados que me agitan … Crea usted que no tendré satisfacción mayor que el día que logre tener la satisfacción de estrecharlo entre mis brazos y hacerle ver lo que aprecio el mérito y honradez de los buenos patriotas como usted …”.

Pocos días después le volvía a escribir:

“…Porque estoy firmemente persuadido de que con usted se salvará la patria y podrá el ejército tomar diferente aspecto: soy solo; esto es hablar con claridad y confianza: no tengo ni he tenido quien me ayude y he andado los países en que he hecho la guerra como un descubridor, pero no acompañado de hombres que tengan iguales sentimientos a los míos, de sacrificarse antes que sucumbir a la tiranía… porque la América aún no estaba en disposición de recibir los grandes bienes de la libertad e independencia; en fin mi amigo, espero en usted un compañero que me ilumine, que me ayude y quien conozca en mí la sencillez de mi trato y la pureza de mis intenciones, que Dios sabe no se dirigen ni se han dirigido más que al bien general de la patria y sacar a nuestros paisanos de la esclavitud en que vivían (…)

En fin mi amigo, hablaría más con usted si el tiempo me lo permitiera; empéñese usted en volar, si le es posible, con el auxilio, y en venir a ser no sólo mi amigo, sino maestro mío, mi compañero y mi jefe si quiere; persuádase que le hablo con mi corazón, como lo comprobaré con la experiencia constante que haga de la voluntad con que se dice suyo … Manuel Belgrano”.


Años después del encuentro de ambos libertadores en el norte, San Martín, ya en ejercicio de la Gobernación Intendencia de Cuyo preparando el Ejército Libertador de Los Andes e impulsando las acciones del Congreso de Tucumán, poco antes de la Declaración de Independencia, al enterarse que Belgrano regresaba de su misión diplomática en Europa, escribía al diputado por Mendoza Tomás Godoy Cruz:

“En el caso de nombrar a quien deba reemplazar a Rondeau, yo me decido por Belgrano, este es el más metódico de los que conozco en nuestra América, lleno de integridad y talento natural, no tendrá los conocimientos de un Moreau o Bonaparte en punto a milicia, pero créame usted que es lo mejor que tenemos en la América del Sur”.


Meses después de esta carta, Belgrano directamente en Tucumán y San Martín desde Mendoza, influirán decididamente en los diputados para que el Congreso Soberano declare finalmente la independencia. Pero ambos padres fundadores no solamente coincidieron en sus principios independentistas, sino que también fueron grandes propulsores de la educación, ilustración y la cultura; sus principios y valores quedaron plasmados en innumerables proclamas, bandos, oficios y correspondencia, que, dos siglos después, siguen siendo un legado que espera por ser retomados por dirigentes actuales.

(*) Por el Lic. Marcelo Calabria. Miembro correspondiente por Mendoza de la Academia Sanmartiniana.

Fuente: "San Martín Modelo de Líder Americano". 1ra. Edición Impresa, Bs.As. 2014. Edición digital Ebook, Mendoza, 2020. 


[1] ver https://www.losandes.com.ar/mujeres-de-la-independencia/