Las guerras por la emancipación americana no fueron solo cosas de hombres. En el soberbio esfuerzo de preparar y ejecutar la campaña de los Andes y la liberación de Chile y del Perú fue destacable la participación de las mujeres ya fueran ellas mestizas, mulatas, señoras o patricias.
Si bien es sabido que San Martín no permitía mujeres en el ejército por él creado, ellas hicieron grandes esfuerzos. La creación de la Patria necesitaba, además de corazón y fe, trabajo.
Todas las mujeres patriotas de Cuyo se enaltecieron tejiendo ponchos, cosiendo uniformes y banderas, preparando las provisiones para el largo viaje, donando sus joyas para obtener fondos que siempre escaseaban y cediendo al ejército sus hijos, sus maridos y hasta sus esclavos quedando ellas al frente de la economía familiar.
Las hubo patricias costureras, las bordadoras de las banderas de los Andes con Remedios Escalada de San Martín a la cabeza, espías y agitadoras de la guerra de zapa como Mercedes Sánchez y la maestra de postas Eulalia Calderón y hasta cierta muchacha que llamaban "Chingolito" que logró seducir y recoger información útil de Marcó del Pont.
Pero quisiéramos nombrar especialmente a tres: la Pancha, heroína de la campaña sanmartiniana en el Perú. Había nacido en San Luis y estaba casada con el sargento Dionisio Hernández, en cuya compañía se incorporó al ejército. Según el General Espejo, ella acompañaba a Hernández "vestida de uniforme militar y armada de sable y pistolas, como era su costumbre en los combates en que entraba".
Pascuala Meneses que se vistió de varón y se presentó como voluntaria. Incorporada a una de las columnas fue descubierta su identidad en plena marcha y se la hizo volver a Mendoza.
La otra, Josefa Tenorio logró lo que se había propuesto, para sorpresa de San Martín quien al regresar se encontró con una carta que decía:
“…Habiendo corrido el rumor de que el enemigo intentaba volver para esclavizar otra vez a la patria, me vestí de hombre y corrí presurosa al cuartel a recibir órdenes y a tomar el fusil. El Gral. Las Heras me confió una bandera para que la lleve y defienda con honor. Agregada al Cuerpo del Comandante Gral. Don Toribio Dávalos, sufrí todo el rigor de la campaña. Mi sexo no ha sido impedimento para ser útil a la patria, y si en un varón es toda recomendación de valor, en una mujer es extraordinario tenerlo. Suplico a V.E . que examine lo que presento y juro. Y se sirva declarar mi libertad que es lo único que apetezco”.
"Josefa Tenorio, esclava de doña Gregoria Aguilar."
La respuesta del Gral. San Martín figura en los archivos históricos:
“Téngase presente a la suplicante en el primer sorteo que se haga por la libertad de los esclavos.”
Por la profesora Liliana Pruzzo
Fuente: Barrionuevo Imposti, Víctor. Patricias americanas.