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Instituto Nacional Sanmartiniano

Bicentenario de la Independencia del Perú: una oportunidad para recordar y reforzar los lazos que nos hermanan

Por Eduardo García Caffi. Presidente del Instituto Nacional Sanmartiniano

En el contexto de pandemia que estamos atravesando, la tecnología ha jugado un papel trascendental al permitir que nos acerquemos por medio de los sitios web y plataformas de videoconferencias. Con esfuerzo y creatividad, el Instituto Nacional Sanmartiniano sigue cumpliendo con su tarea de investigar y difundir la vida, obra y legado del General José Francisco de San Martín, nuestro Padre de la Patria y brindarle homenaje permanente; sin haber dejado de trabajar ni un solo día.

Hoy se conmemora el Bicentenario de la Independencia de la Hermana República del Perú.

Desde hace varios años, uno de mis principales objetivos como Presidente ha sido poner énfasis en un mayor conocimiento del papel que tuvo el Libertador en el proceso emancipador peruano y la esforzada tarea que desarrolló durante su Gobierno Protectorial de trece meses.

San Martín llegó al Perú para completar el dificultoso camino hacia la Independencia, iniciado con valor y arrojo por notables héroes públicos y anónimos que ofrendaron sus vidas para que el 28 de julio de 1821 fuera posible.

Esta epopeya es muy conocida en círculos académicos específicos. Pero, a menudo, escapan al conocimiento general.

Por eso, al recordar los días de la Revolución de Mayo, quiero recuperar aquella maravillosa consigna de “el pueblo quiere saber de qué se trata” y reconstruir, en este artículo, esas primeras páginas de la Historia Sudamericana que nos servirán para una mejor comprensión del momento actual.

Quienes visitan nuestro Instituto Nacional Sanmartiniano y nos hacen llegar sus consultas se sorprenden y admiran al conocer la magnitud del compromiso del Padre de la Patria con el Perú.

Los peruanos residentes en la Argentina o que están de paso, expresan su emoción al ver la réplica de la primera bandera histórica de su Patria, recientemente incorporada a nuestro patrimonio.

San Martín comenzó a preparar el terreno del que sería su futuro gobierno mucho antes, estando establecidas las claves principales de su plan en su Proclama antes de la primera salida de la Escuadra Libertadora, dada a conocer en Santiago de Chile el 13 de noviembre de 1818.

Allí se dirige “a los limeños y habitantes del Perú” invocando estar “autorizado por el derecho con que todo hombre libre puede hablar al oprimido”.

Aclara que ingresará a un territorio que pertenece a los peruanos y que lo hará porque éstos están oprimidos y para defender su libertad, en nombre de naciones hermanas independientes.

Recuerda el sacrificio de quienes habían dado su vida por la libertad: “Centenares de americanos caían en el campo del honor o a manos de alevosos mandatarios” y todo ese esfuerzo había contribuido a “preparar el gran momento que va ahora a decidir el problema de los sentimientos peruanos y de la suerte de la América del Sud; puesto que del éxito de esta campaña dependería la Emancipación definitiva de medio continente y el tan anhelado fin de la guerra.

Su misión era liberar, no conquistar. Se ocupa de recalcarlo porque una de las formas de guerra que enfrentó fue la panfletaria: los enemigos militares y políticos del Libertador intentaban infundir terror caracterizando a San Martín como un tirano sangriento, difundiendo textos calumniosos e infundados.

Promete “amistad y protección a los hermanos que la victoria ha de librar de la tiranía”, sostiene que la causa peruana es la americana, sueña con el fin de la guerra y con la construcción del camino hacia la paz.

Se dirige también a los españoles residentes en el que pronto dejará ser el Virreinato del Perú para convertirse en un país libre y soberano, prometiendo respetar personas, propiedades y creencias.

Finalmente, tiene un mensaje para todos los habitantes del Perú: “Apreciad el porvenir de millones de generaciones que os pertenecen. Cuando se hallen establecidos los derechos de la especie humana perdidos por tantas edades en el Perú, yo me felicitaré de poderme unir a las instituciones que los consagren, habré satisfecho el mejor voto de mi corazón y quedará concluida la obra más bella de mi vida.”

Ya declarada la Independencia y establecido el Gobierno Protectorial, San Martín, con ayuda de sus colaboradores, toma las siguientes medidas al lograr establecer un gobierno autónomo tras tres siglos de dominación absolutista española. 

  • Crea la Alta Cámara de Justicia de Lima.
  • Decreta la inviolabilidad de los domicilios.
  • Convoca a concurso para establecer El Himno Nacional del Perú. El propio San Martín se hallaría entre los jurados.
  • Decreta la libertad de vientres: los hijos de esclavos nacidos luego del 28 de julio lo harían libres.
  • Dispone la abolición del tributo a nuestros pueblos originarios.
  • Decreta la extinción de toda clase de servidumbre personal.
  • Establece la Biblioteca Nacional en Lima, que se nutrirá con buena parte de los libros de su colección personal que lo habían acompañado durante toda la Campaña Libertadora.
  • Dicta el Reglamento Provisional de Comercio.
  • Promueve la libertad de imprenta (lo que hoy conocemos, en forma mucho más ampliada, como libertad de expresión).
  • Crea la Bandera Nacional del Perú.
  • Suprime el antiguo Tribunal de Minería y crea una Dirección General de Minería.
  • Crea el Banco de Emisión. Se acuña la primera moneda nacional, símbolo de soberanía económica.
  • Convoca al Primer Congreso Constituyente para establecer la forma definitiva de gobierno para el Perú y dictar una Constitución.
  • Crea la Legión Peruana de la Guardia para garantizar la seguridad interna.
  • Comienza a organizar la Marina de Guerra adquiriendo buques para garantizar la defensa.
  • Inicia relaciones diplomáticas y comerciales con otros países
  • Establece la Sociedad Patriótica.
  • Crea la Orden del Sol para reconocer la trayectoria de los peruanos sobresalientes por sus virtudes patrióticas.
  • Con la firma de Bernardo de Monteagudo (Ministro de Estado y Supremo Delegado), se funda la primera Escuela Normal y las primeras escuelas públicas.

 

En pleno Bicentenario, la colaboración de las instituciones culturales argentinas con las peruanas es una política de Estado que refleja la hermandad entre nuestros dos países y potencia el conocimiento. 

La cultura es un recurso fundamental para dar sustento a una Sudamérica libre, justa, solidaria y unida; por eso es fundamental, en este día tan trascendente, recordar la obra de San Martín.

Él dejó su huella en medio continente, pero su paso por Perú fue el momento culminante de su obra.

El único uniforme que se conserva del Libertador es el de Protector del Perú que forma parte de las colecciones del Museo Histórico Nacional. El 19 de enero de 1838, luciendo el mismo, se presentó San Martín a una recepción diplomática brindada por el rey francés Luis Felipe de Orléans durante su exilio. El monarca, conocedor de su trayectoria, se acercó para saludarlo y cubrirlo de elogios.

En el Testamento Ológrafo de 1844, que el Instituto Nacional Sanmartiniano tiene la responsabilidad de preservar, el Padre de la Patria se presenta así: “(…) yo José de San Martín, Generalísimo de la República del Perú y Fundador de su libertad, Capitán General de la de Chile, y Brigadier General de la Confederación Argentina”.

Quiero expresar, para finalizar este artículo, que siento una profunda emoción al escribir estas líneas que pretenden ser un humilde homenaje a este querido país hermano que, hace treinta y nueve años, ofreció todo su apoyo a la Argentina cuando nuestros soldados se estaban jugando la vida en el Atlántico Sur.

Y los invito a recordar ese emotivo desafío que nos hace llegar el Himno Nacional del Perú e incorporarlo a nuestras vidas con su permanente fuerza motivadora: “Somos libres, seámoslo siempre”.

Por Eduardo García Caffi. Presidente del Instituto Nacional Sanmartiniano